Pregunta: Vivo en pareja. Mi pareja y yo tenemos una relación muy buena: nos tenemos confianza, nos queremos, dialogamos … pero, a pesar de estar muy bien con mi pareja, a veces siento atracción por otras personas y no sé cómo manejar estas atracciones. ¿Qué me sugieres?

Respuesta: Aunque estés bien con tu pareja, es natural -y saludable- que sientas atracción por otras personas, tanto del mismo como de diferente sexo.

Los seres humanos somos depositarios de un abanico tan amplio de potencialidades que nunca las podremos desarrollar todas por años que vivamos

Los seres humanos somos depositarios de un abanico tan amplio de potencialidades que nunca las podremos desarrollar todas por años que vivamos. En el momento de ser engendrados, por medio de los progenitores, recibimos de la Vida, de la Energía Perenne, de Yahveh, de Dios, del Innombrable -o como queramos decirle- un cúmulo de potencialidades. Algunas las recibimos despiertas, en estado activo, dinámico, y otros en estado dormido, inactivo, en «stand by», podríamos decir. Las que recibimos en estado despierto, activo, dinámico, reclaman ser atendidas y desarrolladas, ya que se trata de energía activa que necesita transformarse, de acuerdo con la ley de la termodinámica: «la energía no se crea ni se destruye, se transforma «. Las potencialidades que recibimos dormidas, inactivas puede que se despierten y se activen mediante experiencias diversas vividas durante la vida, y también pueden ser activadas, por resonancia, mediante las atracciones.

Tenemos tantas potencialidades que no hay ninguna persona en el mundo capaz de desvelarnos todas

Tenemos tantas potencialidades que no hay ninguna persona en el mundo capaz de desvelarlas todas. La atracción que sientes por alguien, hombre o mujer, puede ser provocada porque hay en ti alguna parte o aspecto dormido, en «stand by», que resuena, en la misma frecuencia, con la parte o aspecto de la persona que te atrae. La resonancia hace que la parte o aspecto de ti que estaba dormido se despierte y sientas deseo, lo que te ofrece la oportunidad de conocer, reconocer e integrar en tu individualidad un nuevo aspecto de tu potencial desconocido. Si sabes manejar correctamente esta oportunidad enriquecerás como individuo, y tu enriquecimiento individual también repercutirá en tu pareja, en la relación de los dos y en la de todo el núcleo familiar.

Por lo tanto, cuando sientas atracción por alguien no la reprimas ni te precipites, sigue los pasos que detallo a continuación:

  1. Pon conciencia en la atracción, acoge con actitud receptiva y agradecida, déjate sentirla, respira-la, guárdala, gesta-la.
  2. Obsérvala y pregúntate qué rasgos o aspectos son los que te atraen de la otra persona, y anótalos en un papel.
  3. Mira los diferentes aspectos que has anotado como si fuera un espejo que refleja aspectos de ti mismo / a que no ves. Seguramente que todo esto que ves en el otro / a son cualidades que también están en ti, que aún no has tenido la oportunidad de desarrollar.
  4. Pon palabras a todo lo que vas viendo. Si tu pareja es una persona respetuosa y abierta, comparte con ella tu experiencia. Si no lo puedes compartir con tu pareja, lo compartes con alguien que pueda acogerlo sin juicio y acompañarte incondicionalmente en este proceso. Otra opción es registrarlo en una grabadora.

En la mayor parte de casos, este pequeño proceso de los cuatro pasos descritos será suficiente para integrar en tu identidad los aspectos que has descubierto que hay en ti, gracias a la resonancia que se ha producido con la persona por quien has sentido atracción.

Si este pequeño proceso no resulta suficiente para aclararte y pacificarte, habrá que profundizar más, contando con el acompañamiento de un / a profesional debidamente preparado / a para acompañar la profundidad de este tipo de procesos de desarrollo integral.

Es muy importante que, en una pareja, ambos miembros estén abiertos a compartir con respeto y confianza incondicional las atracciones que sientan por terceras personas

Es muy importante que, en una pareja, ambos miembros estén abiertos a compartir con respeto y confianza incondicional las atracciones que sientan por terceras personas. Poder hablar libremente y abiertamente de las atracciones en el marco de la pareja, con confianza y sin el juicio del otro, es garantía de evolución constructiva de cada uno de los miembros  y de la pareja como tal.

Las atracciones siempre son oportunidades para descubrir y desarrollar aspectos ocultos de nosotros mismos, tanto si vivimos en pareja como si no

También hay que aclarar que las atracciones siempre son oportunidades para descubrir y desarrollar aspectos ocultos de nosotros mismos, tanto si vivimos en pareja como si no. El deseo es un motor de evolución, y se despierta cuando hay una persona que hace vibrar en la misma frecuencia algún aspecto nuestro desconocido. El deseo es la «voz» de nuestro aspecto ignorado que reclama que la atendamos y le abramos vías de transformación. Por lo tanto, reprimir el deseo puede ser tan nocivo como llevarlo a la práctica de manera compulsiva, sin hacer el proceso descrito anteriormente.

Muchas parejas se forman de acuerdo con una atracción física y / o emocional, sin que ni el uno ni el otro / a hagan dicho proceso de los cuatro pasos. Esta es una de las posibles causas que hace que una pareja entre en crisis, justo cuando se dan cuenta del error de haber fundamentado un proyecto de vida en una atracción engañosa. El engaño radica en el hecho de focalizar en el otro / a el deseo genuino de conocer y desarrollar algún aspecto propio que el otro / a simplemente ha despertado.

Esto que acabo de decir con relación a las atracciones personales, también se puede aplicar a las atracciones no personales. Un ejemplo podría ser cuando contemplamos un paisaje, o una pintura, u otra cosa y sentimos una emoción tan profunda que nos llega al alma.

Resumiendo podemos decir que a menudo lo que nos atrae no es la otra persona o cosa sino algún aspecto oculto de nuestro mundo interior que lo proyectamos y vemos fuera de nosotros.

Cabe decir que los cuatro pasos explicados para atender y gestionar las atracciones, en general también se pueden aplicar a las retracciones, es decir, cuando sentimos rechazo visceral por alguien. Al igual que en las atracciones, en las retracciones también podemos afirmar que a veces, cuando sentimos rechazo por una persona o situación, no es la persona o situación que rechazamos sino algo de nosotros mismos que proyectamos y vemos fuera.

Este es un tema que habría que hablar más ampliamente, ya que hay aspectos y matices diferentes muy importantes, pero desisto de hacerlo aquí y ahora, por espacio y porque no responde a la pregunta formulada al principio.

Ramon V. Albareda
Psicólogo. Teólogo. Sexólogo
Creador de ESTEL, Centro de Crecimiento Personal y
Escuela de Estudios Integrales